Consciencia del momento PRESENTE
¿Habías pensado alguna vez que la vida es un camino lleno de regalos?
Hoy me ha despertado el sol. El sol y ese cielo teñido de naranja entre las nubes del Mediterráneo entrando por la ventana de mi habitación.
Pequeños detalles de la vida que pasan desapercibidos cuando los tenemos, pero que tanto valoramos cuando los perdemos y echamos de menos cuando no los tenemos. La consciencia del momento presente. Luz, color y frescura. Sensación de pureza y tranquilidad, ganas de vivir, aprender y disfrutar de cada segundo.
¿Tan difícil es darnos cuenta del valor de las cosas en el presente?
NO! …
Bueno, … NO, PERO SÍ.
Es decir, no debería serlo, pero en realidad en muchos casos lo es.
El problema es que muchos de nosotros nos pasamos la vida viviendo en el pasado o anhelando el futuro, convencidos de que solo puede ir a mejor. Y en esa nostalgia del pasado y/o futuro se nos olvida que tenemos un presente por vivir; un presente TAN IMPORTANTE que es el único que nos va a dar la oportunidad de ir creando y descubriendo nuestro futuro.
De nada sirve cuestionarnos que hubiera sido de nuestra vida si en aquel momento en concreto hubiésemos tomado otra decisión, de nada sirve echarle la culpa a la mala elección del pasado sin hacernos cargo del presente y sin hacer algo ahora para cambiar aquello que no nos gusta. Es aquí cuando tenemos que abrir los ojos, porque el único momento para actuar y propiciar el cambio es AHORA.
Pero, ¿Cómo puedo controlar mi cabeza y que no se vaya viajando al mundo de los “y si…??” y me haga perder el foco?
Desde mi punto de vista, no hay una píldora mágica. Hay pautas y ayudas, pero cada uno debemos encontrar/crear nuestra fórmula mágica y ser conscientes de que lo que a uno le funciona no le tiene porque funcionar a otro.
Hay personas que se ayudan del Yoga, otras de la meditación… otras del deporte, del sol o de la naturaleza. Otras de la lectura o de los grupos de ayuda. Pero cuidado, porque todo esto, en exceso y sin el control de la cabeza nos puede acabar alejando de nuestro presente en vez de hacernos más conscientes de él.
NO podemos usar el Yoga para evadirnos de nuestra realidad; ni el Yoga, ni el deporte, ni las compras. Pero, sí podemos usarlo para hacer un break y tras ese momento de pausa con input positivo, ser capaces de analizar la situación desde la calma y con perspectiva.
Para mí no todo es solo Yoga, ni meditación, ni deporte, ni viajar… para mí todo en las dosis perfectas lleva al equilibrio. Ese punto donde soy capaz de dirigir mi vida sin estar condicionada por ningún factor externo. Ese punto dónde soy yo la que controla mi vida y no es la vida la que me controla a mí.
Necesito hacer Yoga pero no dependo del Yoga, necesito hacer ejercicios de respiración pero no los tengo agendados, necesito salir a correr, ir por la montaña, bañarme en el mar, leer, estar sola, pensar… llorar… rodearme de gente, REÍR, hablar de mí y escuchar… mimar y ser mimada… Viajar! Conocer lugares diferentes, involucrarme en su cultura y sus gentes… pero sobre todo, necesito aprender y aprovecho cada ocasión para hacerlo. Todo esto, en sus dosis perfectas me ayuda a estar centrada. De nada sirve estar híper activa si no consigo desconectar y darle paso al sistema parasimpático para que pueda hacer su función sanadora.
Hoy me ha despertado el sol. Mi sol. Ese sol que brilla diferente en mi tierra … Hoy el sol es la excusa para sonreír y dar gracias a este día.
Pero, ¿realmente brilla diferente aquí? ¿O es que hoy tenía los ojos abiertos para ver su luz? …
Sea como fuere, lo único importante es la consciencia del momento presente que es la que me permite verlo.
Hoy el sol brillaba especialmente naranja, pero yo tenía el corazón abierto para que mis ojos pudieran ver todo lo que la vida me ofrece.